La placa que necesitas aquí:
La placa vitrocerámica es una necesidad para todas aquellas personas que quieren tener una cocina más actual y funcional. Pero, antes de llevar a cabo la compra, es primordial entender más sobre el equipo, incluyendo los criterios para elegir el modelo idóneo.
Como su propio nombre sugiere, una partes de una placa vitroceramica es un dispositivo de cocina hecho de vitrocerámica. Considerada la evolución de la cocina eléctrica tradicional, funciona según el principio de conducción y radiación para calentar o cocinar comestibles.
Se instala en la encimera aportando un toque de modernidad a la cocina. Hay dos clases de placas de vitrocerámica, la placa de vitrocerámica halógena y la placa de vitrocerámica radiante.
El número de quemadores es el primer criterio a considerar cuando se adquiere una placa vitrocerámica. Comúnmente hay dos, tres, cuatro o bien 5 quemadores, según el modelo.
Por otro lado, las placas vitrocerámicas de 3 o bien 4 quemadores y una zona de cocción extensible son las más fiables, ya que permiten la utilización de ollas o bien cacerolas de diferentes tamaños. Algunos modelos incluso tienen zonas para sartenes y ollas de manera ovalada. Además se dispone de quemadores radiantes y halógenos. Mientras que los primeros son ideales para una extensa y ligera cocción, los segundos son perfectos para cocinar.
La potencia es siempre una característica fundamental, sobre todo tratándose de un dispositivo eléctrico como una partes de una placa vitroceramica. Expresado en vatios, la potencia total es variable dependiendo del número de unidades de cocina.
Las placas de vitrocerámica de cuatro ó 5 quemadores son, por lo tanto, obviamente más potentes que los modelos de dos quemadores. No obstante, no hay que olvidar que cuanto más potente sea el aparato, más energía consumirá y aumentará tu factura de electricidad.
Aparte del número y el clase de quemadores y la potencia, los controles son del mismo modo un punto esencial que no debe pasarse por encima. Una aceptable placa vitrocerámica es, más que nada, un dispositivo cómodo de usar.
De ahí que, sugerimos los modelos más prácticos con botones táctiles y pantalla digital. Además del diseño más moderno y sutil, la selección del quemador como el ajuste de la potencia será más simple y agradable.
La placa de vitrocerámica radiante o halógena tiene muchas virtudes. Una es que la placa se calienta más velozmente en comparación con una placa eléctrica normal.
Realmente, el 80% del calor se transmite por radiación y el 20% por conducción. Además, las peculiaridades y cualidades del vidrio cerámico permiten una mejor penetración del calor.
El otro punto fuerte de la placa de vitrocerámica es que es fácil de limpiar. No hay rejas o perillas, pero el área es perfectamente lisa y plana.
Tan sólo limpia la superficie con una esponja húmeda después de cada empleo y luego con una toallita de papel para mantenerla limpia.
Más moderna y más eficaz, la partes de una placa vitroceramica es, por supuesto, más cara que una placa eléctrica tradicional. No obstante, todavía es más económica que una placa de inducción.
El costo de una cocina de vitro-cerámica de calidad varía por lo general entre 100 y 500 €, en dependencia del número de quemadores o fuegos, la potencia y las opciones. En tanto que los modelos básicos de 2 quemadores con una capacidad de hasta 3000 W cuestan entre 100 y 150 €, los modelos más avanzados con 4 o bien 5 quemadores están disponibles a partir de 200 euros.
En todos los casos, recomendamos dispositivos diseñados por marcas líderes como Teka, Balay, Bosch, Siemens, Beko o bien Candy, que aseguran la robustez, la eficacia y la practicidad.
La placa vitrocerámica halógena o radiante es una de las más fáciles de emplear. En contraste con una placa de inducción, no no es preciso equiparte con utensilios de cocina específicos para cocinar tu comida.
Todas y cada una de las sartenes y cacerolas que se tienen la posibilidad de emplear en una placa eléctrica son adecuadas para este tipo de dispositivo. Para usar tu equipo correctamente, es primordial proseguir ciertos pasos.
Comienza por retirar todos y cada uno de los embalajes, etiquetas y película protectora del equipo cuando se emplee por vez primera. Después, puedes enchufarlo en la toma de corriente, teniendo precaución de que los cables de alimentación no entren en contacto con superficies calientes.
Todo lo que debes llevar a cabo es ubicar la sartén en el quemador y ajustar el temporizador y la temperatura antes de comenzar a cocinar. Cuando se haya completado la cocción, apaga las zonas de cocción. En cualquier caso, es conveniente leer atentamente las instrucciones antes de su utilización para una mejor seguridad y un desempeño correcto del aparato.
Una de las primordiales ventajas de una cocina vitrocerámica es su facilidad de cuidado. Para asegurar que se mantenga en buen estado y servible durante varios años, debe limpiarse tras cada utilización.
La placa vitrocerámica se puede ensuciar con restos de comida o líquidos gracias a salpicaduras o derrames. No hay nada más fácil de eliminarlos. Solamente, limpia con una esponja humedecida, preferentemente cuando el quemador esté todavía con temperatura, y luego limpia con un paño suave o papel absorbente. Evita la utilización de productos abrasivos o corrosivos para no dañar el cristal de cerámica.
Si no has tenido tiempo de adecentar el dispositivo tras usarlo, las manchas tienen la posibilidad de secarse y hacerse más resistentes. En este caso, no tengas dudas en usar un producto concreto para vidrio cerámico o bien una mezcla de líquido para lavar platos y vinagre blanco. Deja que el producto actúe a lo largo de unos minutos antes de limpiarlo con una esponja húmeda y secarlo con un paño fino.
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